La gentrificación genera una transformación en los barrios, donde las zonas tradicionales se revalorizan a medida que llegan nuevos desarrollos inmobiliarios, comercios y mejoras en infraestructuras. Para las inmobiliarias, esto implica un desafío y una oportunidad. Las zonas gentrificadas pueden ofrecer un gran potencial de revalorización, pero también pueden generar tensiones con los residentes originales. Las inmobiliarias deben ser conscientes de estos cambios y saber cómo navegar entre las demandas de rentabilidad y la responsabilidad social.
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